Hasta en su caída, Daniel Jadue es incómodo para La Moneda. La noticia de su prisión preventiva opacó completamente la cuenta pública, y apagó los fuegos de un debate sobre el aborto y la eutanasia; asunto de máximo interés por las huestes oficialistas. Si bien las simpatías por el alcalde no son muy extendidas en el Frente Amplio, varios lamentaron con sinceridad su prisión preventiva, por el impacto en la agenda.
Desde los inicios ha sido un personaje incómodo. Dolido por la derrota inesperada en las primarias, se encargó de recalcar en los inicios del gobierno, la importancia de cumplir el programa, y culpó en su momento a la Moneda de la derrota de septiembre de 2022. Su frase que se habían perdido los votos por no cumplir los compromisos pegó muy duro, toda vez que el diseño era aprobar primero la nueva constitución, para hacer factible el programa.
Y así sucesivamente se convirtió en un crítico personal de Boric. Dos ejemplos nítidos fueron los casos de las actuaciones de La Moneda con Nicaragua o para el fallecimiento de Sebastián Piñera. Cuando el Presidente optó por apoyar a los disidentes de la dictadura de Ortega, tuvo a Jadue de crítico feroz. Más ácido aún fue con los gestos republicanos en el funeral del presidente Piñera, al calificarlos de “exceso de blanqueo” en su programa de YouTube, empatizando con mucho militante de izquierda a pie.
La lógica del relato que instaló el edil de Recoleta era que la debilidad del gobierno consistía en buscar aparecer como moderados y timoratos, cuando la base social pedía cambios profundos. Dentro del PC está lógica empezó lentamente a prender, y el actual líder Lautaro Carmona suele repetir mucho de esos dichos. No solo era un personaje incómodo por su conocida verborrea, sino por su capacidad de torcer al más leal de los partidos.
Por ello, muchos miraron con sospecha a La Moneda cuando la justicia empezó a investigar los problemas de la asociación de farmacias populares. Las filtraciones de su caso, e incluso el rol del CDE fue mencionado por el mismo Jadue como una especie de venganza del entorno del Presidente. Y sin duda su prisión preventiva, hace que muchos piensen que hay algo de un plan maquiavélico del gobierno para sacárselo de encima.
Si bien, puede haber alguno que otro muy contento con la prisión preventiva, no es una buena noticia. La directiva del PC bajó decibeles asumiendo que fue un error la presión sobre la justicia de los primeros días, la que puede haber perjudicado al propio imputado, en la interna hay un dolor por un supuesto abandono o conspiración para detenerlo. El hecho que Lautaro Carmona a diferencia de otros líderes partidarios, haya insinuado riesgos por la prisión preventiva, no es un buen síntoma para la relación con La Moneda. Ese quiebre sentimental con la directiva del PC es lo que menos necesita el Presidente en momentos que, por otro lado, el Socialismo Democrático está en el esfuerzo de diferenciarse en la elección.
La prisión preventiva debe ser estudiada por cortes superiores, y sería un alivio que se revirtiera la decisión del tribunal de garantía. La UDI que olfateó correctamente el problema que se le ha armado al gobierno pidió que no hubiera intervenciones en el tema. Al final, cualquiera de los caminos es un incordio. La libertad del alcalde le permitirá hablar por los codos, con más ira aún que cuando fue derrotado en primarias, y la mantención de la prisión preventiva le permitirá sostener el discurso del lawfare y los reclamos de Carmona.